Caminar después de la cirugía le ayuda a expandir sus pulmones, lo que puede prevenir una neumonía, y le ayuda a recobrar su fuerza y a prevenir la pérdida de tono muscular. Caminar también ayuda a prevenir la formación de coágulos de sangre en las venas de las piernas y de la pelvis que pueden llegar a los pulmones y causar la muerte.