Juana tuvo un ataque de apoplejía grave. Después de observarla durante varios días, los profesionales de la salud confirman que tiene una lesión cerebral grave y que no hay esperanzas de recuperación. Ella no puede pensar, hablar, sentir o moverse voluntariamente. Los profesionales de la salud dicen que ella no experimenta sensaciones ni alegría. Sin embargo, Juana permanecerá con vida si recibe alimentos por medio de un tubo especial que pasa por la boca hasta su estómago. ¿Perdió Juana la capacidad de comunicar su voluntad a sus profesionales de la salud?