La sangre se examina cuidadosamente para detectar enfermedades transmisibles, tales como la hepatitis o el SIDA. La sangre que se usa para las transfusiones es muy segura, sin embargo pueden ocurrir infecciones con enfermedades conocidas o desconocidas. 
 Asegúrese de informarles a sus médicos si usted está en contra de las transfusiones de sangre aun en situaciones en que su vida esté en peligro por razones religiosas o de otra índole.