Insertar la aguja   Con una mano, estire suavemente la piel de la zona limpia que haya seleccionado.  Con la otra mano, sostenga la jeringa entre el dedo índice y el pulgar, estabilizándola luego con el segundo dedo como si fuera un lápiz.  Sosteniendo la aguja en un ángulo de 90° con respecto a la piel estirada, inserte la aguja en la piel con un movimiento rápido y conciso. Introduzca la aguja hasta el tope.