Si usted sospecha que podría tener fragmentos de metal en alguna parte de su cuerpo, comuníqueselo a los técnicos. Ellos pueden hacer radiografías de las zonas sospechosas para determinar si se puede continuar con el MRI. Los pacientes con más riesgos de tener fragmentos metálicos en sus cuerpos son los soldadores y aquellas personas que hayan tenido heridas por metralla o por balas.