Cuando el hueso se daña, el calcio es liberado en el torrente sanguíneo, lo cual puede causar <I>hipercalcemia</I>, es decir, un exceso de calcio en la sangre. La <I>hipercalcemia</I> ocasiona síntomas como:  La pérdida del apetito. Náuseas. Sed. Fatiga. Debilidad muscular. Nerviosismo. Confusión.