Si un neumotórax produce mucho dolor o problemas para respirar, el cirujano puede decidir insertar un tubo en la cavidad del pecho, afuera de los pulmones. Este tubo se llama un tubo torácico y se coloca para absorber el aire remanente. Generalmente, este tubo se extrae antes de que el paciente deje la sala de operaciones. A veces, puede ser necesario dejarlo durante la noche.