Cuando los medicamentos ya no pueden ayudar, los médicos pueden recomendar un dispositivo de asistencia ventricular, o DAV. Un DAV se hace cargo de la acción de bombeo del corazón y puede mantener viva a una persona hasta que se realice un trasplante cardíaco. Si la persona no puede recibir un trasplante, un DAV puede asistir de manera permanente al corazón. Esto se llama "Terapia de destino".